Este proyecto se origina hace unos años, a raíz de una reflexión sumergida en un hecho cotidiano. Caminando por las calles de Ñuñoa y entre medio de unos edificios nuevos pude observar una iglesia, una capilla de barrio como tantas otras que hay en la comuna, en Santiago, en el país. Entonces, pensé en tantas cosas que quedan perdidas en la cotidianidad y que los capitalinos no vemos o no sabemos mirar. Y tienen tanto qué contar.
Recordé aquella “capilla de barrio”, la Iglesia de los Sacramentinos (Basílica del Santísimo Sacramento) y me pregunté ¿cuántas personas saben el valor histórico y cultural de esta iglesia? ¿Cuántas personas saben que su diseño está inspirado en la Basílica del Sagrado Corazón de París? ¿Cuántas personas saben su origen y su historia? ¿Cuántas personas saben su nombre y su encomiable valor estético? Permanece olvidada, aún siendo un hito en esa zona céntrica.
Es así como surge la idea de realizar un catálogo de algunas iglesias santiaguinas, de aquellas declaradas Monumento Histórico, las más emblemáticas, tanto por su valor estético, como por su aporte sociocultural y patrimonial. De esta forma, este catálogo de promoción cultural, busca que el observador conozca desde la arquitectura, el diseño y el arte religioso el patrimonio cultural intrínseco en las iglesias de Santiago. La idea es educar la mirada, saber dónde tenemos que observar y por qué.
Agradecimientos
A todos los párrocos que contribuyeron con información y que nos permitieron realizar el registro fotográfico, como a Monseñor Juan de la Cruz, Monseñor Bernardo Herrera, a los padres Jesús Bonacchia, Juan de Dios, Riogoberto Iturriaga, Darío Silva, Francisco Quijano, José Huneuus, Alejandro Abarca, Fernando Vega, Patricio Yedo, Luis Roblero y Luis Quintanilla. A los sacristanes de las iglesias San Francisco, Recoleta Franciscana y Basílica Corazón de María y a la sacristana de la Iglesia San Lázaro. A los hermanos benedictinos. A Carlos Olivares de la Iglesia Santo Domingo. A Fanny Villa de la Capilla San Vicente de Paul. A Ricardo Sánchez de Gendarmería. A Rodrigo Benavente de la Iglesia del Buen Pastor. A Andrew Scott del Templo Votivo de Maipú. A la señora Otilia de la Capilla ex Fundo El Manzano. A Guillermo Carrasco de la Iglesia San Agustín. A Guillermo el sacristán de la Iglesia Santa Ana. A Jorge quien nos ayudó en el Monasterio del Carmen Bajo de San Rafael. A Jaime Huerta y Rosita de la Vicaría Episcopal Zona Norte. A la señora Gloria y al Padre Jorge de la Capilla de Nuestra Señora del Trabajo. A José, sacristán de la Capilla del Hospital del Salvador. A Sebastián Lira, dueño de la Hacienda de Chacabuco. A la hermana Gesualda de la Iglesia de Til Til. A Leonardo Mellado del Museo Histórorico Nacional y a todas las personas que de una u otra forma colaboraron con este proyecto.