El oratorio Quinta Bella fue diseñado en 1864 por el arquitecto Manuel Aldunate y fue inaugurada oficialmente por la Iglesia Católica en el año 1865.
Mezcla de varios estilos como neoclásico, bizantino y barroco, el oratorio es de planta octogonal (único en Chile), la entrada está enmarcada por dos linternas octogonales, altas y esbeltas, que están conformadas por columnas que rematan en arcos de medio punto y culminan con un chapitel octogonal de madera con base de arcos triangulares. La puerta estaba tallada en madera, pero debido a su deterioro fue reemplazada por unas planchas de terciado.
La cúpula octogonal otorga luminosidad al espacio, tiene vitrales geométricos, pero la mayoría carece de vidrios. Está ricamente ornamentada en su interior, en las caras verticales se destaca la Cruz de San Jorge escandinava y la parte superior culmina con una aureola y con el “ojo que todo lo ve”. También es evidente que por aquí entran y salen las palomas, el oratorio es su nido y en muchas imágenes se pueden ver los huevos de dichas aves.
El oratorio es de albañilería estucada y sus torres son de madera estucadas con cal. Tanto columnas, como frisos y cornisas están ornamentados con molduras de yeso. Se pueden apreciar colores como el celeste y el dorado en su interior. En los arcos se pueden ver diversos motivos y símbolos como rostros de querubines, el racimo de uva que representa la comunión, entre otros.
Se dice que el oratorio antiguamente se disponía como una planta de cruz griega y que posiblemente, en el año 1873, se incorporaron las dos torres, la renovación de la sacristía detrás del altar y el segundo nivel del coro.