Poco se sabe de la historia de Loica, algunos datos señalan que estaba conformada por unos terrenos que pertenecían al cacique Lloica, líder de una pequeña tribu y que al fallecer se habrían subdividido. Posteriormente, con la llegada de los españoles y de Inés de Suárez en Alhué, producto de las encomiendas, vendrían las evangelizaciones y a partir del año 1856, se levantaría el primer templo en esta zona que en el transcurso de la historia se convirtió en un hito del sector en la evangelización por los misioneros jesuitas.
Debido a esto, acoge una de las tradiciones más importantes de Chile con más de 400 años de antigüedad, patrimonio cultural intangible, el Canto a lo Divino.
Se dice que a través del verso en décimas, los misioneros jesuitas de la Hacienda de Bucalemu y de El Convento recorrían el país desde el Choapa hasta el Maule, desde costa hasta cordillera, predicando a los indígenas, españoles, criollos y mestizos diversos pasajes de la Biblia cantados y rezados en versos, hablando de la creación del mundo, el nacimiento de Cristo, la Virgen, el padecimiento, la resurrección, entre otros fragmentos, dando origen a lo que conocemos como Canto a lo Divino, tradición exclusiva de Chile. Prontamente, este método se enraizaría en la población que también actuaría como catequista, propagando la fe cristiana a través de estos cantos por todo el valle central, llegando a los rincones más apartados a los que los misioneros jesuitas no llegaban. Después los mismos poetas y cantores campesinos fueron creando sus propios temas-fundamentos y se convertiría en una forma de transmisión oral para hablar no solo de la fe sino que también de sus costumbres, tradiciones, su vida cotidiana y su historia, lo que conocemos como Canto a lo Humano.
Lamentablemente, en la actualidad esta tradición ha ido muriendo junto con los viejos cantores a lo poeta, siendo la mayoría de los que quedan personas de edad avanzada y que frente a una juventud local indiferente con nuestras tradiciones, siguen haciendo numerosos esfuerzos para transmitir y rescatar este patrimonio cultural.
Es aquí donde la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores de Loica Bajo toma gran relevancia. Cuna que alberga cantores a lo humano y lo divino, se reúnen el primer sábado de enero para celebrar la festividad del Niño Dios de Loica, Santo Patrono de la localidad, convocando a cantores del sector y de la zona central, instancia en la que rezan y cantan versos para honrar y reverenciar al Hijo de Dios. Las familias se reúnen en el templo y con sus aportes, acogen con bebida y comida a los cantores que, en estado de vigilia, cantan toda la noche hasta el amanecer solo versos a lo divino.
Alguna vez esta localidad, que en la actualidad forma parte de la Municipalidad de San Pedro de Melipilla, fue la Ilustre Municipalidad de Loica (creada el 22 de diciembre de 1891), posteriormente en 1922, el municipio se trasladó al Cruce de Arañas porque era un punto más cercano al resto de las localidades y el 29 de junio de 1932, se traslada a San Pedro, lugar en el que permanece hasta el día de hoy.