Los mercedarios parten a la conquista de la Araucanía junto a Valdivia y permanece en la ermita el Padre Antonio Correa, incluso funda un hospicio, pero a su muerte y después de varios años de estar abandonada la ermita, los franciscanos toman posesión de los terrenos aludiendo a la generosa donación que les habría hecho el gobernador Rodrigo de Quiroga.