El templo posee una decoración bastante reducida. Su cielo plano se distingue por estar representando decoración en forma de paneles que dividen el cielo en diferentes partes ornamentados con elementos moldurados y medallones centrales, destacando en ciertas zonas centrales la representación de figuras santas.
Destaca el púlpito hexagonal tallado ubicado cerca de la zona del altar. Y los pequeños cuadros representando las estaciones del Vía Crucis que están expuesto a los largo de los muros perimetrales.
La zona del altar posee un retablo decorado arquitectónicamente donde se exhibe la Virgen de Montserrat, traída por Inés de Suárez, de la cual era devota. Se le considera la “Virgen de los lanzas” o “Virgen morena” ya que son ellos los delincuentes que se le acercan a pedirle ayuda. De madera policromada, con dimensiones de 90 centímetros de alto y 50 centímetros de diámetro y con una réplica de la imagen a la entrada del templo, usualmente se le solicita que los proteja antes de un asalto, o bien que les conceda la libertad a quienes están presos. Esta relación de la Virgen con la delincuencia podría venir de Barcelona ya que la ermita original se enclavaba en una montaña con forma de sierra el cual era lugar de refugio para asaltantes.
Catalogada de milagrosa, la imagen data del año 1574 y, según indica la leyenda, fue encontrada por un indígena en la Chacra de Montserrat:
“El hombre, cansado tras buscar unas cabras por el cerro, se tendió a dormir. En medio del sueño se le apareció una señora que, tomándolo dulcemente de la mano, lo condujo a un sitio cercano. El indígena despertó sobresaltado, y luego de reponerse de la impresión, se dispuso a cortar leña. Fue entonces cuando encontró, esculpida en el tronco del árbol, el busto de la señora del sueño. Rápidamente sacó el tronco y se lo llevó al capellán, quien maravillado por el hallazgo mandó a darle una terminación más acabada a la escultura. Luego, a la imagen le fueron incorporados el cuerpo y el niño Jesús”.