Este proyecto se origina hace unos años, a raíz de una reflexión sumergida en un hecho cotidiano. Caminando por las calles de Ñuñoa y entre medio de unos edificios nuevos pude observar una iglesia, una capilla de barrio como tantas otras que hay en la comuna, en Santiago, en el país. Entonces, pensé en tantas cosas que quedan perdidas en la cotidianidad y que los capitalinos no vemos o no sabemos mirar. Y tienen tanto qué contar.
Recordé aquella “capilla de barrio”, la Iglesia de los Sacramentinos (Basílica del Santísimo Sacramento) y me pregunté ¿cuántas personas saben el valor histórico y cultural de esta iglesia? ¿Cuántas personas saben que su diseño está inspirado en la Basílica del Sagrado Corazón de París? ¿Cuántas personas saben su origen y su historia? ¿Cuántas personas saben su nombre y su encomiable valor estético? Permanece olvidada, aún siendo un hito en esa zona céntrica.
Es así como surge la idea de realizar un catálogo de algunas iglesias santiaguinas, de aquellas declaradas Monumento Histórico, las más emblemáticas, tanto por su valor estético, como por su aporte sociocultural y patrimonial. De esta forma, este catálogo de promoción cultural, busca que el observador conozca desde la arquitectura, el diseño y el arte religioso el patrimonio cultural intrínseco en las iglesias de Santiago. La idea es educar la mirada, saber dónde tenemos que observar y por qué.
Gracias al financiamiento del FONDART Regional el 2011 y el 2014, se pudo realizar una primera parte de este catálogo, en la que se incluyeron trece iglesias capitalinas y, posteriormente, una segunda parte en la que se agregan diez más.
Por diversas razones, en la primera selección muchas iglesias quedaron postergadas y ojalá, en un futuro no muy lejano, se puedan incluir. Primero, el terremoto de febrero de 2010 dejó estragos en muchas construcciones, entre ellas muchas iglesias capitalinas y que, actualmente, se encuentran en proceso de restauración o esperando los fondos para, algún día, iniciar ese proceso. Segundo, hermosas capillas abandonadas a su suerte y el deterioro es tal que visitarlas, incluso, puede ser un riesgo, como lo es la Basílica del Salvador. Tercero, varias iglesias funcionan con horarios restringidos, lo que dificulta, enormemente, la visita. Por último y por qué no decirlo, la poca o nula disposición de los párrocos a cargo de las capillas.
Por otra parte, a la hora de construir los textos, la poca información bibliográfica existente presenta, muchas veces, diferencia de datos de una fuente a otra, a tal nivel, que resulta casi irrisorio. Horroriza, además, la información disponible en la web. Cantidades enormes de sitios que repiten, una y otra vez, datos erróneos.
Más allá de estas dificultades bibliográficas y de la evidente ausencia de estudios sobre el tema, sin mayores pretensiones, los textos que hemos construido esperamos que, de alguna manera, ayuden al visitante a comprender y conocer el patrimonio que nos rodea.
El patrimonio es universal, es de todos. Habla de nosotros y construye identidad.
Debemos rescatar del olvido a nuestro patrimonio cultural. En Santiago hay mucho para ver y conocer. La iglesia es un lugar de encuentro con nuestra historia. Los invitamos a reconocer estos lugares, su aporte histórico y cultural.